
Por qué Ecuador necesita de Japón
Por Noriaki Kobayashi
(Coordinador del APC (Asistencia Financiera No Reembolsable para Proyectos Comunitarios de Seguridad Humana, en la Embajada del Japón)
Según el Censo de Población y Vivienda de 2010, el 37 % de población en Ecuador vive en las regiones rurales con una perpetua escasez de recursos, la cual resulta en la insuficiencia de infraestructura y servicios básicos para garantizar la seguridad humana.
La Embajada del Japón en Ecuador brinda el apoyo a instituciones como Gobiernos Autónomos Descentralizados, GAD, u Organizaciones No Gubernamentales, ONG, a través del programa que se llama “Asistencia Financiera No Reembolsable para Proyectos Comunitarios de Seguridad Humana (APC)” .
La historia de la cooperación entre Ecuador y el Gobierno del Japón, bajo el esquema de APC, comenzó 28 años atrás, desde el año 1989; hasta hoy se han ejecutado un total de 506 proyectos en el nivel nacional.
Las principales áreas de cooperación bajo este esquema son: educación (construcción de aulas y batería sanitaria), salud (equipamiento para centro de salud y centro de rehabilitación), infraestructura básica (construcción de sistema de agua potable, alcantarillado y electrificación, construcción de puentes comunitarios), prevención de desastres (equipamiento de sistema de alerta temprana, sistema de telecomunicaciones y un auto de bomberos), etc.
El Gobierno del Japón también tiene una entidad más presente en el Ecuador que se encarga de cooperaciones técnicas, es la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA). Su misión es promover el desarrollo enfocado en la seguridad humana a través de la participación e integración de voluntarios y expertos enviados de Japón.
Mi país, Japón, se considera como uno de los más avanzados del mundo y personalmente no he tenido ningún inconveniente viviendo allí aunque soy de un pueblo relativamente pequeño.
Sin embargo, hace muchos años atrás Japón era un país más pobre o, mejor dicho, derrotado y destruido. No teníamos nada más que la solidaridad y el patriotismo luego de la derrota total del II Guerra Mundial que terminó el año 1945.
¿Cómo ha podido recuperarse y levantarse de esa derrota y llegar a crecer hasta ser uno de los países más desarrollados? La respuesta a esta pregunta podría ser también, directamente, la respuesta a nuestro tema: ¿Por qué Ecuador necesita la cooperación del pueblo japonés?
Después de la II Guerra Mundial, Japón empezó a recibir los fondos desde la sociedad internacional como Estados Unidos y el Banco Mundial para reconstruir la tierra que se había agotado por el fuego de la guerra; poco a poco se fueron estableciendo las bases del desarrollo económico. El último préstamo del Banco Mundial fue el año 1966 y se cumplió con toda la devolución del crédito el año 1990.
Detrás de este éxito se formó una filosofía patriota que se ha integrado en el pueblo japonés a través de las experiencias difíciles de la recuperación, lo cual parte del espíritu de los esfuerzos autosustentables.
Ha pasado un año desde el gran terremoto que ocurrió en la región costera en Ecuador. La gente de allí aún está sufriendo. Japón también es reconocido como un “país de terremotos”, “país de los volcanes” y “país de tsunami”. Aunque Japón está ubicado lejos de Ecuador, en este sentido, compartimos preocupaciones comunes. Por esta razón, especialmente en este ámbito, podríamos trabajar conjuntamente con metas como compartir conocimientos obtenidos en nuestras experiencias e información, y reforzar capacidades técnicas en las áreas correspondientes tanto en lo físico como en lo logístico, para lograr la resiliencia contra posibles contingencias.
Como coordinador de APC he viajado la mayor parte del Ecuador palpando la situación actual y he visto que todavía existen muchas necesidades de desarrollo por atenderse.
Personalmente considero que mi misión no es solamente apoyar a las entidades en la coordinación de los proyectos sino apoyarles para que tenga reconocimiento y fomento de este espíritu de esfuerzo para la autogestión, lo cual fue el mismísimo espíritu que ha llevado a mi pueblo, Japón, hacía el crecimiento, hasta ser uno de los países más desarrollados del mundo; y, es un impulso que se puede hacer para seguir avanzando sin depender del apoyo externo.