Conociendo la historia de la migración japonesa a Latinoamérica
José Joaquín Suzuki Vidal. Artículo publicado en el blog Ujibashi
En la ciudad de Yokohama, la segunda ciudad más grande de Tokyo, se encuentra un lugar que —seguramente— no está en las guías turísticas: el museo de la migración japonesa al exterior, el cual está ubicado en la sede de Japan International Cooperation Agency (JICA).
El lugar escogido para establecerlo allí, no fue al azar: Yokohama es uno de los principales puertos de Japón y donde también zarparon algunos de los barcos que trajeron a los habitantes de esta isla asiática a Latinoamérica.
Según información, actualizada a septiembre de 2015, en Latinoamérica existen 2.1 millones de nikkei (descendientes japoneses) viviendo en doce países distintos. La colonia más grande —y una de las principales en el mundo— es Brasil, con casi 1.9 millones. De ellos, un millón vive en Sao Paulo.
De allí, lo siguen Perú (100 mil); Argentina (65 mil); México (20 mil); Bolivia (14 mil); Paraguay (5.800) y Chile, con casi 2.700. El resto de los países son Colombia, Cuba, Venezuela, República Dominicana y Uruguay.
Justamente, en el museo de la migración japonesa al exterior se recapitulaba la historia de cómo llegaron y porque motivo a esos lugares.
En un panel, había un resumen sobre Chile y la inmigración japonesa que llegó.
Según la información proporcionada en el mismo centro, si bien la migración al exterior comenzó en 1866 —luego de que el imperio proclamara que a cualquier japonés que quisiera ir fuera del país para estudiar o hacer negocios, se le entregaría un pasaporte— no fue hasta el inicio del siglo XX que los viajes a América Latina se hicieron más frecuentes.
Esto, luego de que se masificaran los japoneses que iban a Hawaii (entre 1885 y 1894, más de 29 mil personas fueron a trabajar en las plantaciones de caña de azúcar) y San Francisco, EE.UU. En esa ciudad, en esa época, eran conocidos como los shosei (estudiantes-trabajadores) que llegaban, sin dinero, para poder adquirir conocimientos que pudieran aplicar posteriormente en el Japón moderno.
Tras un creciente sentimiento anti-japonés en la costa oeste de Estados Unidos y Canadá, los ojos comenzaron a mirar a este continente, que también comparten el Océano Pacífico.
Las prefecturas de Japón donde salieron más inmigrantes hacia distintas partes del mundo. El ranking es liderado por Hiroshima, Okinawa y Kumamoto.

Así, el gobierno japonés comenzó a pensar a qué lugares sería conveniente enviar a sus compatriotas. El lugar escogido fue Brasil. El primer barco zarpó el 28 de abril de 1908, donde abordo del Kasato Maru iban 781 japoneses, desde Kobe hasta el puerto de Santos.
La información proporcionada por el museo indica que entre ese año y 1941, 188 mil japoneses llegaron a Brasil. De ellos, dos tercios (cerca de 124 mil) lo hicieron entre 1925 y 1941.
Después de ese año, dado el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la inmigración se detuvo.
Tras la guerra, se reactivó la llegada de japoneses a Latinoamérica, principalmente impulsado por otros compatriotas que ya residían acá, como también el calamitoso estado post guerra que vivía Japón, tras perder en el conflicto armado.
Es así cómo en diciembre de 1952, 18 familias abordaron el Santos Maru para llegar a Brasil. Luego, otros 122 personas (22 familias) tomaron el barco holandés Ruys, marcando el retorno de los japoneses a este continente.
Otros fueron a Argentina, Paraguay o Bolivia. En su mayoría, eran de la prefectura de Okinawa.
Poster de los años 60 que incentivaba la migración japonesa.
Ya en 1960, y con el transporte aéreo ya masificándose, el viaje en barco era menos frecuentes. También, a cerca de 15 años del fin de la guerra, la economía del país asiático se robustecía y permitía que los japoneses pudieran volar hasta Latinoamérica.
Así, el último barco migratorio zarpó desde Yokohama en febrero de 1973, con 285 personas a bordo rumbo a Brasil. Este se llamó Nippon Maru. Casi dos años antes, había salido desde el puerto de Kobe el último buque con japoneses con destino a este continente.
Un viaje al pasado
El museo está ubicado a 15 minutos desde la estación de metro Bashamichi, ubicada en la línea Minatomirai. La entrada es gratis. ¡En la parte superior, existe un restaurant donde se puede consumir platos típicos de alrededor del mundo!
Se divide en siete capítulos distintos, donde cuentan todos los datos que se entregaron en este artículo, como también otros detalles, que van desde qué hacían los inmigrantes japoneses en los países que llegaban, qué vidas llevaban, cómo eran los largos viajes en barco o cómo se han formado las comunidades nikkei en cada país.
También está en detalle toda la historia de los migrantes japoneses a San Francisco, donde sufrieron la discriminación durante la Segunda Guerra Mundial.
Cada sección tiene fotos y paneles (en japonés e inglés) que van contando la historia de estas personas que vinieron buscando una mejor vida para ellos y sus familias.
El artículo original está publicado aquí:
