Naranjas, herramientas y un lugar para establecerse

Por: Atsushi Uchida
Yo llegué a Ecuador a la edad de 26 años, es decir hace 44 años. Vine desde Lima, Perú, por tierra, casi todos los lugares eran desérticos, pero cuando ingresé a Ecuador por Huaquillas, pude admirar una abundante vegetación por todos lados lo que me produjo una impresión muy agradable. Japón es una isla con mucha lluvia y permanece verde siempre.
Durante mi viaje desde Huaquillas a Durán, una señora estuvo sentada a mi lado, me preguntaba varias cosas y yo solo podía contestar mi nombre: Atsushi Uchida, “soy japonés, viajo desde Lima hasta Caracas por tierra, trabajo como periodista. Japón tiene 4 estaciones: primavera, invierno, verano y otoño; todo es verde” y otras pocas cosas más.
Hubo un momento en que ella sacó de su bolsa algunos panes y naranjas, todo empacado junto en una hoja de papel periódico; y ella, muy amablemente, me ofreció el pan y empezó a pelar la naranja dejando sus huellas en ella y luego me la dio a mí. La naranja fue tan rica que todavía no puedo olvidar ese sabor en mi boca.
En el trayecto de Santo Domingo a Quito, una camioneta aceptó llevarme luego de “jalar dedo”. El chofer y su esposa llevaban 3 chanchos muy grandes y choclos, que en principio yo no sabía qué era. Viajé junto a la pareja, que eran muy gordos; después de comenzar una subida, la camioneta no tenía suficiente fuerza y corría como bicicleta; llegó cerca de Tingo-María, pero desde allí ya no se movió para nada.
El esposo comenzó a arreglar el vehículo, tenía solo tres herramientas tan pequeñas que yo tenía una gran duda que pudiera arreglarlo y seguir el viaje hasta Quito. En Japón no existía este tipo de arreglo de autos, siempre había que llevarlos a un taller.
Yo miraba que la señora no se preocupaba y confiaba mucho en que su esposo iba a arreglar la camioneta y que podríamos continuar el viaje; a medio día y después de cuatro horas de salida de Santo Domingo, llamó a su esposo para almorzar naranjas, choclos y pan que también me ofrecieron. Yo sentía que ese día no llegaría a Quito y tendría que pasar toda la noche en ese lugar y en esa camioneta; probablemente al día siguiente a primera hora saldría a buscar un bus u otro camión para llegar a Aloag y ellos buscarían algún mecánico para regresar.
Total, después de tres horas del almuerzo, milagrosamente la camioneta se reparó y llegamos a las 9 de la noche a Quito, después de 13 horas de viaje desde Santo Domingo.
Ese día sentí una gran alegría, no solamente porque pude llegar a Quito, sino un gran orgullo por el trabajo que realizó el esposo para arreglar la camioneta y la confianza que su esposa depositó en él.
Después de este viaje en Ecuador me dirigí a Colombia y Venezuela, ustedes pueden imaginarse cómo fue la experiencia de viaje a estos países, pero la impresión que me quedó de Ecuador fue muy grande, por eso yo decidí vivir aquí en Ecuador y buscar un trabajo.
En realidad, para mí lo más importante era vivir aquí en Ecuador en lugar de buscar trabajo.
En estos 44 años, siento que ha transcurrido poco y largo tiempo a la vez, han pasado muchas cosas buenas y malas, aumentó el número de habitantes. En 1973 eran aproximadamente 660.000 habitantes en Quito y 6’600.000 en Ecuador, ahora en 2017 en Quito son aproximadamente 2’500.000 y en Ecuador alrededor de 16’100.000.
El límite de Quito en la parte sur en aquella época era San Bartolo, Panamericana Sur km 0, y el límite al norte era la avenida Orellana; ahora, los límites son, al sur Cutuglagua, Panamericana Sur km 16 y al norte Calderón, Panamericana Norte km 26.
Los edificios de más de 5 pisos en aquella época no eran muchos y ahora edificios de más de 10 pisos es lo más común y en ciertos sectores uno al lado del otro.
El sistema de Gobierno en aquella época era militar, 4 años después cambió al sistema democrático elegido por la sociedad civil, y como ya expresé, el país ha crecido en todas partes.
A pesar de todo, siento que las características del Ecuador y su gente no han cambiado, y la decisión más importante mía y de mi mujer es seguir viviendo aquí en Ecuador y crecer juntos con los ecuatorianos.